El no utilizar estándares de sostenibilidad significa que algo estamos dejando de hacer
La crisis surgida en Quintero y Puchuncaví deja abiertas varias interrogantes que por ahora parecen estar lejos de resolverse, pues más allá de los episodios concretos que se vivieron en las últimas semanas, es un dilema que se arrastra por años.
Y además tiene matices como, por ejemplo, que una buena parte de los habitantes de la zona laboran en un cordón industrial formado por más de una docena de empresas.
Lo sucedido vuelve a relevar conceptos que en el mundo siguen ganando terreno como la sostenibilidad y ver su grado de cumplimiento en el territorio. Precisamente en esa línea, un estudio denominado “Panorámica de la Sostenibilidad en Chile: Desafíos Estratégicos para la Alta Dirección”, del Observatorio de Sostenibilidad de la Facultad de Economía y Negocios (FEN) de la Universidad de Chile, indicó que aún cerca de un tercio de las empresas del país no han considerado necesario ajustar sus modelos de gestión.
Esto es considerado por los autores, un escenario de peligro para la sostenibilidad de la organización y un riesgo país, considerando que tenemos una economía abierta al mundo.
“El no utilizar esos estándares significa que algo estamos dejando de hacer y cuando un estándar está normado, o por lo menos avalado, y no se aplica es porque algo no estamos haciendo como país o algo no estamos haciendo como empresa, industria, como sociedad y al final los datos son los que son”, remarca Reinalina Chavarri, directora del observatorio, quien también abordó la problemática que se vive en la región.
Relevancia de los Datos:
– Y existe déficit en cuánto a los datos, por ejemplo…
-Nos falta una buena pasada por estos temas pero con datos porque yo no saco nada con decir: he aumentado o disminuido mi emisión si no están. Entonces a mí lo que me queda por preguntar desde la mirada del observatorio de sostenibilidad de la Facultad de Economía y Negocios es cuánto tuvo usted el año pasado y cuál es el dato actual. Si no lo tengo no me puedes decir que está bajando.
– Si no se conocen los datos es difícil hacer un juicio.
– Muy difícil, y por eso hay que tener mucha prudencia y también ser responsable con eso.
– Hay mucha diferencia en cómo se maneja este tema en Chile en relación a otros países como los de la OCDE, con los que solemos compararnos.
– Es que nos comparamos con la OCDE porque somos miembros de esa organización. Allí hay países como Finlandia, Nueva Zelanda, Japón, etc., y claro que hay diferencias sustantivas y cada vez que la OCDE hace estudios en sus países miembros sobre materias como medio ambiente, tecnología e innovación, nosotros siempre estamos al final de la tabla en esos estudios junto a países como México y Turquía. Efectivamente desde ese punto de vista hay diferencias de todo tipo, por ejemplo, institucionales.
Institucionalidad.
– ¿Cuál es la debilidad que hay en esa línea?
– Uno de los grandes cuestionamientos que se le hace a nuestro país es que no tenemos una institucionalidad que sea capaz de amortiguar estos temas. Hoy día el tema ambiental está presente en todos los ministerios, centros e instituciones públicas. Si tú como empresario quieres solucionar tu tema solo no lo vas a poder hacer.
– También en el estudio se hace referencia a una segmentación de gerentes, donde mientras más alto es el cargo se ve un mayor grado de avance. Antes un gerente de área tenía una perspectiva muy diferente. ¿Cómo se explica eso?
– Se explica porque normalmente las organizaciones en nuestro país son bastante jerarquizadas, donde hay un gobierno corporativo que toma decisiones en la alta dirección y después pide que la concrete a su plana ejecutiva. En ese tránsito, las directrices son distintas y pasa también porque la información grande, gruesa, está arriba y a veces no logra transmitirse por distintas razones -por los tipos de industria por las cuales esta información fluye- hacia la plana ejecutiva; y menos a un nivel medio y operario que son los que finalmente realizan el trabajo en la planta. En el estudio se ve que todo ese tipo de información es bastante fragmentado.
– Y eso entonces termina siendo un problema.
– La fragmentación de la información es nociva para el tipo de empresas que necesitamos para el siglo XXI. Se justificaba en el siglo XX por las condiciones y por los tipos de organización, pero hoy con los flujos de información que se recibe, la tasa de impacto por las plantas y sus operaciones es mucho más alta. La autoridad se entera por el diario o porque la propia comunidad informa a través de las redes sociales. Entonces, es tan fuerte que en el estudio se refleja que debido a la fragmentación en la toma de decisiones es muy difícil abordar estas crisis.
Una brecha
– Lo que pasa en Quintero y Puchuncaví es como el corolario del tema con empresas que se instalaron cuando no existía una norma ambiental como la que existe hoy y con una población que muestra su descontento.
– Yo conversaba con el ex rector y presidente del Observatorio de Sostenibilidad -el profesor Luis Riveros- y hablábamos de que acá hay una brecha entre lo que tienen que cumplir las empresas por ley y por otra parte la percepción. Cómo ese cumplimiento se ve, se observa y se manifiesta en las conductas empresariales.
-¿Y qué se puede decir al respecto?
-Por ejemplo, tú cumples la norma de emisión, pero la gente ve y percibe humo, gases y olores todo el día. Entonces esa brecha entre el cumplimiento y la percepción junto con las expectativas que tiene la comunidad, existe. Ahora, la comunidad no es que no quiera una empresa, sino que lo que desea es que no le haga daño, que no impacte a su hábitat.
– Pero se supone que existe una normativa.
– Entonces las empresas justificadamente pueden decir que cumplieron la ley, pero la ley no es suficiente y ese es el tema. Y la sostenibilidad lo que te exige es que tu gobierno corporativo, a través de sus directores, de la administración, de la plana ejecutiva y operacional vean e identifiquen los riesgos para poder mitigar los impactos que su actividad representa. Eso es un tema de gobernanza corporativa no exigible por ley, aunque si bien es cierto la Superintendencia a través de la norma general 385 le pide a las empresas, específicamente a las sociedades anónimas abiertas, conocer cómo abordan estos temas (…) El nuevo espacio público donde se va a debatir va a estar centrado en los temas ambientales porque todos respiramos, todos consumimos agua, etc.
Zona de Sacrificios
– En los tiempos que corren y cuando es tan importante el tema de la sostenibilidad, ¿cómo se aborda el concepto de zona de sacrificio?
– La sostenibilidad tiene que ver con desarrollo, con crecimiento y con la capacidad de los territorios para poder soportar todo lo que se vierte en ellos, más allá de lo que aportamos como seres humanos, individualmente. Es decir, también industrialmente y, en ese plano, hablar de zona de sacrificio da cuenta de una realidad que se debe manejar. En Chile hay cerca de 116 focos que se pueden traducir en igual número de conflictos medioambientales.
– No es una cifra baja.
– El tema es preocupante como país y tenemos que situarnos en el siglo XXI y quizás lo que fue muy bueno y necesario en el pasado no lo es tanto ahora. Eso está muy vinculado a la competitividad y si tú tienes un conflicto que se mantiene en el tiempo y luego puede estallar otro en cualquier momento, es riesgoso. Hoy los riesgos son muy silenciosos y no los manejas. El criterio para la inversión hoy es mitigarlos ¿Y cómo lo haces? Reduciendo los riesgos sociales y ambientales.
“Acá hay una brecha entre lo que tienen que cumplir las empresas por ley y por otra parte la percepción”
Reinalina Chavarri, Dir. Del Observatorio de Sostenibilidad FEN de la U. de Chile”
“La comunidad no es que no quiera una empresa, sino que lo que desea es que no le haga daño, que no impacte a su hábitat”
Reinalina Chavarri, Directora del Observatorio de Sostenibilidad Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile.
Fuente: http://www.mercuriovalpo.cl/impresa/2018/09/19/full/cuerpo-principal/7/